Allá por el año 2000 la era de la informática doméstica estaba dando sus primeros pasos. Aunque los ordenadores personales requerían todavía de una fuerte inversión, poco a poco las familias iban entendiendo la importancia de hacerse con un de estas herramientas, cada vez más populares con la llegada de internet y el famoso ADSL. Si estás leyendo este artículo y te parece escuchar el sonido del router, tranquilo, no eres el único.
Entonces la profesión de informático —así, tan general—, ya se posicionaba como una de las salidas laborales que más demanda tendría a corto plazo. Era obvio que toda aquella tecnología requeriría de expertos para su puesta a punto y mantenimiento. Pero si le hubiéramos dicho a aquella sociedad de principios de siglo que apenas un par de décadas después tendríamos profesiones como la de especialista SEO, Desarrollar de Herramientas de IA, diseñador de UX/UI o especialista en Fintech, nos habrían mirado sin comprender. La explosión de las TIC nos metió de lleno en la Tercera Revolución Industrial y generó innumerables puestos de trabajo completamente inconcebibles apenas unos años antes.
Pues eso es lo que está a punto de volver a ocurrir.
Un vistazo al inicio de la Cuarta Revolución Industrial y sus empleos
Vertiginoso es, tal vez, uno de los adjetivos que podemos utilizar para definir lo que nos espera durante los próximos años, porque la denominada Cuarta Revolución Industrial promete cambiar radicalmente la estructura económica de nuestra sociedad, con tecnologías protagonistas como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas, el blockchain o la robótica.
Desde luego, la tecnología tendrá mucho protagonismo sí, pero en este reportaje hemos querido centrarnos en los perfiles de Humanidades, que tradicionalmente se han podido quedar atrás en la inmersión al mercado laboral también jugarán un papel destacado. Es difícil prever qué profesiones surgirán a partir de la Cuarta Revolución Industrial, pero sí podemos avanzar que el profesional del futuro deberá ser multidisciplinar porque cambiará de ocupación y responsabilidades en incontables ocasiones a lo largo de su vida.
Acotemos, pues, y veamos cómo la tecnología, la salud y la sostenibilidad serán algunas de las áreas que más perfiles demanden. Precisamente, por esta última, fundamental para nuestro futuro, comenzamos.
El estudio ‘Economía verde y el impacto en el trabajo 2024’ prevé que en España crecerá un 38% la demanda de empleos verdes hacia el 2030
El futuro será sostenible o no será
La Organización Internacional del Trabajo estima que la sostenibilidad y todos los esfuerzos de las economías avanzadas por conseguir la ‘economía verde’ crearán aproximadamente 24 millones de empleos nuevos en todo el mundo.
En economías como la española, por ejemplo, se prevé que la demanda de perfiles asociados a la sostenibilidad crezca hasta un 38% de aquí a 2030; no en vano, hoy la denominada ‘economía verde’ genera más de medio millón de empleos en España.
Más allá de las cifras, ¿a qué nos referimos con empleos ligados a la sostenibilidad? Sin duda, una de las áreas estrella es la transición energética, clave para detener la emergencia climática. Así, perfiles como el de ingeniero de energías renovables o ingeniero medioambiental serán cada vez más demandados.
Ingeniero de energías renovables
Se dedica al diseño, desarrollo e implementación de sistemas y tecnologías que aprovechan fuentes de energía sostenibles, como la solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica y biomasa. Es un perfil muy poliédrico dado que puede incluir la investigación de nuevas soluciones energéticas, la mejora de la eficiencia de los sistemas existentes y la supervisión de proyectos de instalación y mantenimiento de infraestructuras energéticas. Además, se enfocan en garantizar que estas tecnologías sean económicamente viables, respetuosas con el medio ambiente y cumplan con las normativas energéticas y ambientales.
Ingeniero medioambiental
Perfil clave para el futuro inmediato, dado que ayuda a diseñar, desarrollar e implementar soluciones que protejan el medio ambiente y mejoren la sostenibilidad de los recursos naturales. Su trabajo abarca áreas como el control de la contaminación del aire y el agua, la gestión de residuos, el tratamiento de aguas residuales y la restauración de ecosistemas dañados. También evalúan los impactos ambientales de proyectos industriales o urbanos, asesorando sobre cómo minimizar los efectos negativos y garantizar el cumplimiento de las normativas ambientales.
Especialista en economía circular
Otro perfil con numerosos cometidos, pero que podríamos resumir en su aportación a la hora de implementar estrategias que promuevan la reducción, reutilización y reciclaje de recursos para minimizar el desperdicio y prolongar la vida útil de los productos. Su enfoque está en transformar los modelos tradicionales de producción y consumo, que suelen ser lineales, en ciclos cerrados donde los materiales y productos se mantengan en uso el mayor tiempo posible.
Urbanista de ciudades inteligentes
Se especializa en planificar y diseñar entornos urbanos que integren tecnologías avanzadas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, optimizar los recursos y promover la sostenibilidad. Su trabajo incluye la implementación de infraestructura digital, como redes de sensores y sistemas de gestión de datos, para controlar el tráfico, la energía, el agua y los servicios públicos de manera eficiente. Por ejemplo, el concepto de ‘Ciudad de los 15 minutos’ nace directamente de una propuesta de urbanistas por lograr una ciudad no solo más sostenible, sino más habitables para las personas.
La ciudad de los 15 minutos es un modelo urbano que busca que los habitantes tengan acceso a todas sus necesidades básicas (trabajo, educación, salud, ocio y compras) a una distancia de 15 minutos caminando o en bicicleta. Promueve la proximidad, la sostenibilidad y el uso polivalente de los espacios urbanos, reduciendo la dependencia del automóvil y fortaleciendo las comunidades locales. Desarrollado por el urbanista Carlos Moreno, este modelo responde a desafíos como el cambio climático y el estrés urbano, creando ciudades más habitables y humanas.
El urbanismo está evolucionando hacia ciudades más habitables en las que la presencia la recupera el ser humano, no el vehículo privado
De la medicina reactiva a la medicina preventiva
La salud será uno de los ámbitos con mayores oportunidades de empleo de aquí en 2030, debido a una población cada vez más envejecida por la creciente esperanza de vida.
Los informes y estudios ya nos avisan, no obstante, sobre un interesante cambio de paradigma en el enfoque que los países avanzados darán a su sistema sanitario: se pretende pasar de una sanidad reactiva o curativa, que principalmente acude al paciente cuando este ya tiene una dolencia, a una medicina preventiva que buscará reducir el número de enfermedades y dolencias entre la población, antes de que estas aparezcan. Médicos especialistas en salud pública, epidemiólogos, así como nutricionistas y dietistas serán algunos de los trabajos con mayores oportunidades.
Médicos especialistas en salud pública
Estos profesionales se encargan de desarrollar políticas y programas de salud para prevenir enfermedades a nivel comunitario, controlando epidemias, promoviendo la vacunación y fomentando hábitos saludables en la población
Epidemiólogos
Estudian la distribución y los factores de riesgo de enfermedades en poblaciones. Su objetivo es identificar tendencias y causas de enfermedades para diseñar estrategias de prevención y control. Especialmente relevante este perfil desde la pandemia de COVID-19 que, según alertan las autoridades sanitarias, podría ser solo la primera de muchas durante los próximos años.
Nutricionistas y dietistas
Tal vez sea el perfil más conocido, y es que estos profesionales están hoy ‘de moda’ dado el creciente interés de buena parte de la población por mejorar su dieta y estilo de vida. Así, los nutricionistas y dietistas ayudan a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades cardiovasculares mediante el desarrollo de planes de alimentación saludables, fomentando una nutrición equilibrada en la comunidad.
Desde luego, habrá espacio para perfiles tradicionales de la sanidad, como la enfermería, los asistentes de terapia ocupacional, los fisioterapeutas o los auxiliares de salud en el hogar, profesiones que experimentarán un crecimiento en su demanda de hasta el 45% en los próximos seis años.
¿El renacer de las Humanidades?
Nuestro mundo, cada vez más tecnológico, tendrá el reto de mantenerse también humanizado, cohesionado por valores que ayuden a que la tecnología repercuta en el beneficio global. En este sentido, las Humanidades podrán aportar algunos de los empleos con una interesante proyección en la empleabilidad, como el de los profesionales del marketing y la comunicación, los educadores y formadores, los gestores culturales y de patrimonio o los especialistas en ética tecnológica.
Especialistas en ética tecnológica
Con el avance de la inteligencia artificial y la automatización, se necesitarán profesionales que aborden cuestiones éticas relacionadas con el uso de estas tecnologías, como la privacidad, la equidad y los derechos humanos.
Profesionales en comunicación digital
Las habilidades para crear, gestionar y difundir contenido en plataformas digitales seguirán siendo muy demandadas, especialmente en redes sociales, marketing digital y medios de comunicación emergentes.
Formadores en habilidades críticas
A medida que cambian las necesidades educativas, se buscarán educadores que enseñen habilidades blandas (pensamiento crítico, creatividad, resolución de problemas) y fomenten el aprendizaje continuo, especialmente en un mundo donde la automatización reemplaza tareas repetitivas.
Profesionales en gestión cultural y patrimonio
La preservación del patrimonio cultural y la gestión de eventos culturales será relevante, ya que la digitalización también afectará cómo se gestionan y difunden los recursos culturales.