El extinto siglo XX dejó trágicos episodios para los libros de historia, pero también momentos brillantes que llevaron al impulso humano fuera de este planeta. La llegada de la Humanidad a la luna en 1969 supuso el clímax del programa Apolo de la NASA, posiblemente el mayor esfuerzo colectivo de nuestra civilización y que hizo que «cómo trabajar en la NASA» se convirtiese en la frase más repetida en aquel contexto histórico.. Para que te hagas una idea, los Estados Unidos se gastaron la impresionante cifra de, aproximadamente, 300.000 millones de dólares – ajustados a la inflación-, una inversión en exploración espacial que no se ha vuelto a ver… hasta hoy.
Aunque todavía estamos lejos de las cifras de inversión del siglo pasado, lo que es innegable es que estamos en los albores de la Segunda Era de la Exploración Espacial, un capítulo apasionante que traerá nueva ciencia, nuevas tecnologías y sí, nuevas oportunidades laborales para toda una generación que podría ver en el espacio una nueva oportunidad laboral.
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Toggle“Lo consiguieron porque no sabían que era imposible”
El aforismo pertenece a Jean Cocteau, un personaje multidisciplinar que prosperó en medios como la novela, el teatro, la pintura o el cine, y que sintetiza bien la pasión de quiénes ahora quieren volver a conquistar el espacio e ir un paso más allá.
Porque allá por la década de los 60 del siglo XX, cuando el programa Apolo apenas daba sus primeros pasos, sonaba a imposible eso de pisar la Luna. Pero el esfuerzo y la ilusión de unas 400.000 personas lo hizo posible. Sí, has leído bien, alrededor de medio millón de personas participaron de manera directa o indirecta en el Programa Apolo. Algo como trabajar en la NASA pasó de ser tedioso a convertirse en algo tan apasionante como el resto que tenían por delante.

Como te puedes imaginar, hicieron falta algo más que astronautas para lograr la hazaña de poner un pie en nuestro satélite. Desde científicos hasta ingenieros, pasando por investigadores de materiales, matemáticos… pero también psicólogos, comunicadores, administradores… un inmenso abanico de disciplinas estuvieron presentes de una u otra forma en aquella frase: “un pequeño paso para el hombre…”.
Te contamos todo esto porque nos asomamos a una nueva Era de la Exploración Espacial y esta vez, parece, nos llevará lejos, mucho más lejos de lo que las generaciones previas habían soñado. Bienvenidos a la carrera por pisar Marte, por establecer la primera base lunar y por conquistar los misterios de nuestro sistema solar.
La segunda era de la exploración espacial
Si en fechas recientes te has encontrado con vídeos o noticias sobre cohetes que regresan a sus plataformas, diseños de nuevos trajes espaciales o incluso ideas de hoteles en el espacio, ya te puedes hacer una idea de que todo lo relacionado con nuestro ‘vecindario’ solar ha vuelto a despertar el interés de instituciones, empresas e inversores. Tras unas cuatro décadas de desilusión – tal vez fatiga económica – por la exploración espacial, la suma de tecnología y capacidad de inversión nos invitan a pensar en que, esta vez sí, volaremos hacia las estrellas para quedarnos.
En ese viaje habrá diferentes protagonistas, pero, a diferencia de los años 60, en el que prácticamente los únicos actores fueron los Estados Unidos y la Unión Soviética, en esta ocasión parece que la iniciativa privada tomará el relevo.
Ahí es donde entra una de las empresas del momento, Space X, una de las iniciativas del multimillonario Elon Musk, que está revolucionado, literalmente, la forma en la que podemos explorar el espacio. Lo hace, con su cohete Falcon 9, que es capaz de lanzar carga al espacio y volver a su plataforma para ser reutilizado, reduciendo drásticamente el coste de la exploración espacial. Y los costes, como ya has visto, son muy elevados cuando se trata del espacio.

Space X no se queda ahí: diseño de nuevos trajes espaciales, colaboraciones con la NASA… todo con un único objetivo: llevar a la Humanidad a Marte lo antes posible. No está sola en este empeño. Por ejemplo, Blue Origin, fundada por el creador de Amazon, Jeff Bezos, tiene como plan estrella el construir una base lunar. Otras, como Virgin Galactic, planean ofrecer vuelos comerciales al espacio en un futuro cercano… la lista sigue porque hoy la tecnología y el conocimiento son más accesibles que nunca y los inversores han visto en el espacio la siguiente gran oportunidad.
Por supuesto, la iniciativa privada no es la única con intereses en el exterior. Estados Unidos repetirá ambición por conquistar la Luna, esta vez con su programa Artemis, que plantea alunizar astronautas en el polo sur del satélite en torno a 2025 o 2026. Por su parte, China y su programa Chang’e, que ya ha cosechado éxitos como el primer alunizaje en la cara oculta de la Luna, buscan establecer también una base permanente desde la que operar futuras misiones más ambiciosas aun. Rusia e India, por su parte, también cuentan con intereses en la Luna y prometen generar noticias de aquí a final de la década. ¿Qué supone todo esto en términos de mercado laboral, empleo, y proyección de carreras futuras?
Las profesiones que nos llevarán a Marte
Decíamos antes que unas 400.000 personas se vieron implicadas en la llegada de la NASA a la Luna. Hoy, hacer el cálculo de cuántos profesionales pueden participar de la nueva era espacial es más complicado dado el creciente número de agencias y empresas que se han sumado al reto espacial. Pero todo nos hace pensar que no serán cientos de miles, sino millones los profesionales que se implicarán en las innumerables fases de que nos tienen que llevar, como especie, a Marte. Así que, un hito tan importante cómo trabajar en la NASA o en otros proyectos espaciales, se vuelve mas asequible por el carácter multidisciplinar de estos despegues.

¿Qué trabajos hay relacionados con el espacio?
Para simplificar su enumeración, hemos combinado todas esas profesiones en categorías.
Ingeniería y Tecnología Espacial
Esta categoría agrupa a los profesionales responsables del diseño, desarrollo, mantenimiento y operación de tecnologías, infraestructuras y vehículos necesarios para la exploración y colonización del espacio. Incluye desde la creación de hábitats y vehículos espaciales hasta sistemas avanzados de soporte vital.
Ciencias Naturales y Medioambientales
Profesiones dedicadas a la investigación científica y el estudio de los entornos espaciales, la biología en condiciones extremas, la gestión de recursos naturales y la exploración geológica de planetas como Marte. Estas disciplinas son clave para la adaptación y sostenibilidad en nuevos hábitats.
Gestión y Economía Espacial
Profesiones relacionadas con la planificación, organización y gestión de proyectos y recursos espaciales, así como con el desarrollo de modelos económicos sostenibles para las misiones y colonias. Estas disciplinas abordan la logística, la economía y la sostenibilidad de la exploración espacial.
Salud y Bienestar
Profesiones que se dedican al cuidado y mantenimiento de la salud física y mental de los tripulantes y colonos. Estas disciplinas son esenciales para garantizar la supervivencia y el bienestar a largo plazo en entornos hostiles como Marte.
Comunicación, Divulgación y Narrativa
Profesiones enfocadas en comunicar los avances y desafíos de la exploración espacial a diferentes audiencias, desde la sociedad general hasta gobiernos y organizaciones. Incluye la documentación histórica, la narrativa audiovisual, la divulgación científica y la comunicación estratégica para ganar apoyo y fomentar la colaboración.
Ciencias Sociales y Relaciones Humanas
Profesiones que se centran en comprender y gestionar las interacciones humanas, las dinámicas sociales y las necesidades emocionales y psicológicas en entornos de aislamiento y multiculturalidad. Estas disciplinas son fundamentales para la convivencia en colonias espaciales y misiones de larga duración.
Houston hay nuevo compañero: Todos podemos participar
Como ves, no hay una única disciplina o profesión que te ofrezca la oportunidad de participar de una u otra forma en la exploración espacial y en la nueva carrera por llegar a Marte. Un periodista podría participar en la campaña de comunicación necesaria para entusiasmar a la población y facilitar la llegada de fondos públicos; un psicólogo podría formar parte del equipo que entrene mentalmente a los astronautas, abocados a permanecer largos meses solos en el espacio; un profesor podría inculcar la pasión por el espacio en una futura generación de astronautas… y por supuesto, los ingenieros, químicos, físicos y matemáticos tendrán todos los desafíos del mundo por delante.
Los límites solo los ponemos nosotros.